De lo que hablo

Hola, bienvenido a mi blog, espero que despues de leer lo que he escrito te sientas inspirado y sepas que no eres el único que pasas por momentos buenos y malos. Esa es la vida. Escribe lo que sientas sea genial o pésimo siempre ayudara a dejar un poco mas liviana tu alma
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jueves, 27 de mayo de 2010

Yo, la rosa


Podía escuchar la tierra crujir bajo mis pies, su sonido normalmente me sonaba desquiciante pero no hoy. Había dejado la puerta entre-abierta del invernadero, y mientras esperaba su llamada había decidido compartir con mis colegas un tiempo. Las flores lucían impactantes, con una belleza cegadora...dolorosa. Siempre había tenido preferencia por las rosas de modo que me estreché contra su maceta, en busca de apoyo. Me desvestí lentamente, dejando para el final las medias. Un viento helado cruzó la habitación y me estremecí ligeramente. Sentí la tierra entre mis dedos y me acosté sobre ésta dejando que mi piel se manchara. Extendí mi cabello como un abanico sobre el suelo al tiempo que dirigía la mirada hacia la rosa más cercana. Las lágrimas se deslizaron por mis mejillas avisándome lo cerca que estaba de cruzar la delgada línea entre irreal y real. El teléfono comenzó a emitir sonidos de desesperada atención y yo no podía levantarme. Como si cada célula de mi cuerpo pidiera a gritos permanecer allí. Mi respiración se volvió lenta y pausada, mientras mis ojos se trababan con el color y olor de la rosa. Dejé que mis parpados se cerraran y mi alma abandonara su refugio para apoderarse de una rosa mucho más libre que la mía.
Viaje por campos y ciudades hasta llegar a la rosa que se abrió a mí. Me dejó entrar y vivir su vida. El tallo como las extremidades me permitía tanta flexibilidad como quería. Podía inclinarme, alejarme tanto como deseaba del sol. Su contacto y calor con mis pétalos se veía y sentía natural, tanto como había sido respirar. Formaba parte de ese matorral, como otras tantas de mis hermanas que disfrutaban con mi alegría de ser rosa.
Las espinas simbolizaban la parte resistente y firme de mi carácter... no todo es hermoso. ¡Como había gente que dudaba que las flores eran seres vivos y sentían!, Yo... sentía mucho más que antes. No existía dolor, ni recuerdos, solo el presente. No extrañaba absolutamente nada de mi vida pasada. Yo era la rosa más hermosa que existía, y que nunca existió. Lentamente me comencé a marchitar y a perder mi brillo, dejando de ser la reina. Y sustituida por otra, ni allí era imprescindible. Y se me escapaba la luz del sol y su vitalidad. Solo quedando un sabor amargo, que monopolizaba los demás. Mi mente comenzó, a recordar flashes de mi vida, imágenes no siempre conectadas. Lo último que persistió en mi mente fue el concepto del amor, de esa razón para levantarse cada día, para no dejar de luchar, de reír, de escribir, de llorar, de hablar, de soñar. Luchando para encontrar la forma de profesar ese amor y que mejor símbolo que la vida.
Me levanté y me prometí que yo sería la flor de alguien, y que si había vuelto era por una razón. Amor, porque alguien me había amado eternamente... tanto para desear que yo fuese real, una flor... real.

jueves, 20 de mayo de 2010

Dolor


Sentía el suelo bajo mis pies, pero no era capaz de moverme. Sentía el aire a mí alrededor, pero no era capaz de respirar. Sentía las personas a mi alrededor hablarme y llamarme pero no era capaz de decir ni una palabra más, ya todo es taba dicho y visto; no había más nada que hacer. Atrapada en mi propio dolor, incapaz de reaccionar contra el irreflexible tiempo que se agotaba y se escurría entre mis manos. Aprisionada por mis propios pensamientos, una cárcel ideada y creada por mí misma. Que mejor prisión que la uno puede crearse, sabiendo lo que le tortura mucho más que cualquier otro. Mi cuerpo continuaba moviéndose, haciendo las labores por inercia supongo y mi mente inhabilitada por su pérdida. ¡Qué ironía! Como si alguna vez hubiese sido mío. Los pensamientos se agolpaban trayendo los recuerdos como flashes, como la vida de otra persona grabada en mis tejidos, porque esa no era yo nunca más. Sentía todo mi ser llorar por dentro y derrumbarse pero ¿Dónde estaban entonces las lágrimas? ¿Dónde estaban cuando más las necesitabas? Si ellas siempre aparecían para sanar el dolor, porque no aparecían ahora.
Tal vez, porque ella solo sirve para aliviar un dolor físico, pero el del alma ¿Quién lo alivia? Como liberarme de él si estaba atado con cada célula a mi piel. ¿Dónde están todas las sonrisas que quise regalarte y ahora solo puedo darte una sombría muestra de mi humor?
Las horas se alargaban eternamente, como si fuese una cámara diseñada para entrar y jamás salir y cuando lo hicieras tal vez estuvieras muy viejo. La gente indiferente parecía disfrutar con su situación ajenos a que adentro de ti todo se tambalea con cada paso. ¿Y cómo decirme a mí misma que no debía verle más, que solo me causaba más daño? Si mis ojos vagaban por cualquier lugar donde estuviese él, buscándolo. Y si trataba de huir, estaba en mi mente, trayéndome su recuerdo. ¡Cuánto desearía yo tener la capacidad de olvidar! Pero no puedo evitar preguntarme, y que si de verdad todo cambiara como lo hago yo, con cada pequeña cosa que sucede trae un cambio en nosotros y si así fuera el mundo. ¿Fuera mejor? A que todo permaneciera exactamente igual. Y luego de mucho pensarlo comprendí que el tiempo lo único que hace es llevarse y borrar los recuerdos y el dolor permanece contigo, formando parte de lo que eras, eres y serás. Y si sientes que algo es cambiado es solamente tú, porque “Un día nos cambia la vida, pero es porque nosotros hemos cambiado por dentro”

martes, 11 de mayo de 2010

Inspirada en Alicia


Caía sin fondo, con toda la fuerza de la gravedad sobre mí. Trataba de aferrarme a la realidad y no caer a la incertidumbre, una salida sin final, sin fondo. Mantenía los párpados fuertemente cerrados para no ver mi verdad. Sentía el aire agitar mi cabello, mi ropa. El mundo se cernía sobre mí, reclamándome un precio por soñar despierta.
El miedo atenazaba mis músculos, contrayéndolos ¿Cómo podía ser tan desconcertante la oscuridad? Hasta que se detuvo. Pero no estaba en mi mundo, probablemente estancada por hartarme de caer al vacío. El suelo era blando, y a la vez roía mi piel, lastimándome. Mis pasos no resonaban, un ser sin masa, ni peso... tal vez todo estaba aún atrapado en ese agujero sin fin. La oscuridad era más tenue, algo iluminaba sutilmente el entorno mas no conocía que era.
¿Cómo podía haber más luz encerrada en un hoyo bajos metros de la superficie?
Comencé a tocar las paredes que me rodeaban tratando de encontrar una puerta. La presión de la angustia estaba haciendo estragos en mi sistema nervioso, no veía una manera de escapar y tal vez tampoco quería hallarla.
Esta vez debía dejarme ir y permitir que las cosas sucedieran, seguí cayendo de nuevo pero esta vez con la certeza de que cuando al fin llegara al fondo sería el lugar en el que debía estar.

lunes, 10 de mayo de 2010

El espejo


Espejo
Solté un suspiro y decidí releer las últimas de la carta:
“... su aportación fue de gran utilidad para nosotros, gracias por participar, y le invitamos a seguir formando parte de nuestra comunidad como invitado al siguiente concurso o evento
ATTE

Oficina del despacho”

Relajé mis músculos y me levanté lentamente de la silla, recogí los platos usados de la mesa y los llevé hasta el fregador, esperando a que se me ocurriera un mejor momento para lavarlos. Aún me costaba comprender por qué luego de 6 intentos de participar y previamente reformular mis ensayos, no eran aceptados. Me negaba a reconocer que no era buena suficiente; yo era de esas pocas personas que pensaba que las situaciones no se daban hasta que encontraras el ángulo ideal.
Me dirigí a la habitación contigua y comencé a registrar en las gavetitas de mi escritorio en busca de mis viejos escritos, luego de haber perdido unos cuantos minutos decidí acostarme en el frío mármol y cerrar los ojos... >> imaginándome como encontraba la carpeta con mi nombre escrito en un extremo: Jolie<<>>Frío<<. Vislumbré algo caer del otro lado del espejo y luego todo se oscureció. Lo sentí entrar en mi cuerpo, era una sensación diferente, única: ilusión. Sabía que debía preocuparme pero no podía. La comodidad parecía formar parte de ese lugar. Levanté lentamente los párpados y miré alrededor. Me hallaba acostada sobre la grama, se desprendía de ellas el olor a flores frescas. En mis pies había una neblina blanquísima, que se enredaba entre mis dedos pero no sentía frío. Me levanté y noté que lo que debería ser el cielo correspondía al mar, agua increíblemente azul. Goteaba al igual que la lluvia, la tierra blanda, húmeda. Yo vestía un sencillo traje verde sin mangas... muy apropiado para ese lugar. No tenía necesidad de tener miedo al futuro por primera vez en mucho tiempo, todo estaba en su lugar aunque parecía exactamente lo contrario. Comencé a... ¿andar?... ¿flotar?... ¿había diferencia? Y sentía la cabeza entre los pies. Las frondas de los árboles cosquilleaban mis pies y las raíces rozaba con mi mano al pasar, el viento traía consigo el sonido de las olas. Y ese mundo de irrealidades no parecía tener fin y mi corazón que latía a un ritmo relajado parecía ser lo único que me recordaba de donde venía. Las venas de los árboles se entrelazaban con las nubes formando mosaicos de colores con la luna alumbrándoles. Comencé a bajar por una empinada hasta llegar a un reducido prado, donde pequeñas criaturas sin forma se agrupaban en mi espera. La sombra sibilante se acercó y emitió sonidos incomprensibles para cualquiera excepto para mí. >> Bienvenida Reina Jolie<< -Gracias- contesté con voz de soprano. Mis súbditos de espejo asintieron y rompieron en aplausos que venían de ninguna parte y de todas partes. Me agaché y entretejí con mis manos lianas de las frondas, pasé la mano entre mis cabellos y arranqué unos, para dejarlos libres sobre las plantas, al instante aparecieron más frondas que se unieron intrincadamente. Guardé las lianas cerca de mi piel y eché un último vistazo a mi reino... debía irme, pero aún así ellos me daba a escoger podía permanecer allí para siempre o... regresar al mundo real, las criaturas sabían mi decisión y con solemnidad, me daban una despedida digna, a solas con mi tierra. Las lágrimas frías resbalaron por mi rostro, augurio de esa triste despedida. Pero ni siquiera allí el tiempo se detenía, transcurría solo que de otra forma... y ya era tarde. Levanté la vista al cielo donde el agua se acumulaba formando un rústico espejo, la otra puerta, para regresar... ¿Por qué no hay acaso en el mundo una puerta real para cruzar de lo creíble a lo increíble? ¿De la verdad a la mentira? ¿Del amor al odio? ¿De los sueños a la realidad? Mi figura desgarbada y mi cabello azul también, resplandecía. Volteé y los pensamientos se agolparon en mi mente, como un eco de los deseos de ellos... siempre puedes volver me recordé... solo tienes que dejarte llevar. Alcé mi brazo y toqué mis dedos y al igual que la primera vez... todo se desvaneció. Me hallaba de espaldas en el suelo, de nuevo... se estaba haciendo una incómoda costumbre y frente al espejo. Me levanté cuidadosamente y recogí el reproductor de cd que se había caído. El desorden no representaba un problema hasta que los reproductores de cd caían de un escritorio en la sala. Y pensé que tal vez esa no fuera mi oportunidad y otra perfecta para mí estuviera esperando solo había que verlo todo al revés... igual que en un espejo, me vestí y antes de salir a la calle con un optimismo rayando en el idealismo me eché una última ojeada en el espejo donde me pareció atisbar unos leves reflejos azules en mi castaño cabello.

Gracias

La verdad, es que siempre quise crear una página en internet.. y gratis, no tengo mas que agradecer a los creadores de blogger, a todos incluso los que solo dieron su opinión!.. Gracias por dejar que el mundo conozca quienes somos.. VIVA EL INTERNET